¿Cómo serán los profesionales dentro de 10 o 20 años?

¿Estamos preparados para los nuevos retos del futuro?

La rapidez con la que se transforma el mundo laboral, impulsado por el desarrollo de nuevas tecnologías y la automatización, es un reto que demanda un cambio en nuestros paradigmas educativos y de formación del talento. De acuerdo con un informe de PwC (2018), cinco tendencias globales serán los motores del cambio en las características del mundo laboral para el 2030: Desarrollo tecnológico, cambios demográficos, urbanización rápida, cambios en el poder económico global, así como la escasez de recursos y cambio climático. Según sus estimaciones, 1 de cada 3 puestos de trabajo en Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Japón están en riesgo de ser reemplazados por la automatización.

Para enfrentar este desafío, diferentes instituciones resaltan la importancia del desarrollo de capacidades cognitivas superiores y socioemocionales para adaptarse a los nuevos entornos laborales y complementar aquellas que pueden ser desempeñadas por la Inteligencia Artificial. El futuro laboral demandará profesionales modernos, capaces de enfrentar nuevos retos constantemente; los puestos de trabajo serán cada vez más dinámicos y los modelos educativos deben estar a la altura. A continuación, resumimos algunas de estas capacidades:

PwC (2018)
  • Resolución de Problemas
  • Liderazgo
  • Empatía y Trabajo en Equipo
  • Inteligencia Emocional
  • Creatividad
  • Adaptabilidad a los nuevos entornos
Embajada Británica en México (2018)
  • Dominio de las matemáticas
  • Comunicación
  • Conocimiento básico de la ciencia
  • Creatividad
  • Innovación
  • Resolución de problemas
  • Trabajo en Equipo
OECD (2017a)
  • Comunicación
  • Matemática
  • Resolución de problemas
  • Habilidades digitales
  • Habilidades socioemocionales
Banco Mundial (2017)
  • Habilidades Cognitivas: Comunicación y matemática, que permiten comprender ideas complejas, adaptarse al entorno, aprender de la experiencia y razonar.
  • Habilidades Socioecomionales: Liderazgo, trabajo en equipo, autocontrol y determinación.
  • Habilidades Técnicas: Dominio de las tecnologías y el conocimiento específico de una disciplina laboral.

A pesar de ello, la rapidez con la que se transforman los entornos laborales supera a la del desarrollo y adaptación de los modelos educativos. Esta situación genera (e incrementa) una brecha entre lo que demandan las organizaciones y las características de los profesionales que egresan de la educación básica y superior.

De acuerdo con el Banco Mundial (2017), un tercio de la población en edad laboral, en países de ingreso bajo y medio como el Perú, no cuenta con las habilidades básicas para conseguir un empleo de calidad. Más aún, los resultados del Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de la Población Adulta (PIAAC), elaborado por la OCDE (2016, en países miembros de la organización), muestran que el 18.5% de los adultos evaluados tiene habilidades comunicacionales de bajo nivel, mientras que el 22.7% cuenta con un bajo nivel en habilidades numéricas. Además, 1 de cada 2 adultos se desempeña en un nivel básico en resolución de problemas en entornos digitales. Según la OCDE, estas competencias son fundamentales para desenvolverse en el sector laboral del futuro; a mayor nivel en estas habilidades, mayor probabilidad de conseguir un empleo formal y salarios más altos.

En cuanto al Perú, un estudio de Lavado, Martínez y Yamada (2017) señala que, aproximadamente, el 45% de las personas con educación superior están subempleadas, es decir, su puesto de trabajo actual no corresponde con lo que estudiaron. Principalmente, el subempleo se encuentra en los sectores de 1) servicios y turismo (65%), 2) ciencias naturales, exactas y de la computación (64%), y 3) humanidades y arte (59%). No obstante, los sectores que más incrementaron el subempleo en los últimos 7 años fueron 1) construcción, 2) agua y electricidad, 3) manufactura, y 4) comercio.

Este desbalance entre las habilidades profesionales y lo que demandan las organizaciones tiene un impacto significativo en la tasa de desempleo, el ritmo de crecimiento de los países y en la desigualdad (OCDE, 2017b). Además, puede ser el reflejo de un sistema educativo en el que las instituciones brindan un servicio de mala calidad o desactualizado, tal como lo muestran Lavado y colaboradores (2017) en el caso del Perú.

En respuesta a estos nuevos desafíos, desde Stratedu hemos desarrollado un Modelo de Educación de Exelencia que combina el desarrollo de Capacidades STeAm (Strategy, Technology, entrepreneurship, Art&Innovation, managment) ® con 7 factores de éxito para la transformación efectiva de una institución educativa.

De acuerdo con nuestra experiencia, las capacidades STeAm (Strategy, Technology, entrepreneurship, Art&Innovation, managment)® engloban aquellas identificadas como necesarias para formar a los profesionales del futuro. Las habilidades socioemocionales, así como las de comunicación, matemática y resolución de problemas son la base para el pensamiento estratégico, dominio de la tecnología, emprendimiento, innovación y liderazgo y gestión de recursos. Todas estas competencias necesarias en cualquier organización, así como para el desarrollo personal y profesional de cualquier persona.

Además, el modelo se complementa con 7 factores de éxito que orientan la transformación de cualquier institución u organización, para que pueda enfrentar exitosamente los rápidos cambios del mundo educativo y laboral. Así, la implementación de un “Modelo de Excelencia” permitirá formar a los profesionales que se necesitan para impulsar un crecimiento económico con equidad.