No sólo más inversión y mayor colaboración público-privada, sino también una conectividad “decente” en las fábricas, mayor conexión entre los distintos sectores y planes de ciberseguridad en las empresas son, según los expertos, algunas de las medidas que permitirán a España aprovechar las oportunidades de la Industria 4.0.

“Hay mucho margen de mejora para que el impacto de la digitalización pueda ser relevante para la economía española, que puede llegar a producir un aumento el PIB de hasta 40.000 millones de euros en 2021”, asegura el responsable de Industria 4.0 de la consultora tecnológica Accenture, Carlos Gallego.

La Industria 4.0 o Industria Inteligente, base la cuarta revolución industrial, supone la introducción masiva de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el mundo industrial y dotar de conectividad e inteligencia a todos los activos que forman parte de la cadena industrial, desde las máquinas y las personas a los procesos y el producto final.

“Se automatiza la mayor parte de los procesos y se modifica la manera en que se han fabricado, en que se distribuyen y se comercializan los productos. Toda la cadena de valor implica que las operaciones de la compañía cambian”, apunta Rebeca Marciel, que lidera actualmente la consultoría digital de Gartner en España y Portugal.

“Es un tema de adaptarse al nuevo entorno”, agrega el director de Internet de las Cosas (IoT) de Vodafone España, Daniel Barallat, que explica que esto va tanto de lograr lotes de fabricación “más pequeños” y “personalizados”, como de “trabajar con costes unitarios muy competitivos” y con plazos de entrega “más cortos”.

“O abordas un proceso de transformación, que en algunos casos se llama Industria 4.0, o estás muerto”, añade.