En el 2017, Noriko Arai, investigadora del Instituto Nacional de Informática de Japón, presentó a Todai, un robot que estuvo cerca de aprobar el examen de ingreso a la Universidad de Tokio. Usando Inteligencia Artificial (IA), Todai clasificó por encima del 80% de los estudiantes a nivel general y por encima del 99% de los estudiantes en la sección de matemáticas. Si bien no ingresó a la Universidad de Tokio, estuvo calificado para ingresar al 70% de las universidades de Japón. Esto nos lleva a algunas reflexiones sobre la IA y el futuro de la formación académica y profesional.

El lenguaje y la creatividad como potenciales humanos. De acuerdo con Noriko Arai, ningún sistema de IA es capaz de “leer” o “comprender” textos. Todai, por ejemplo, busca y optimiza información a gran velocidad, y brinda respuestas estadísticamente correctas, pero no es capaz de comprender el contexto lingüístico. Esta es una de las principales limitaciones de la IA. A pesar de ello, su desempeño en las pruebas de opción múltiple (lenguaje) y la redacción de un ensayo estuvo por encima de la mayoría de los estudiantes.

El Reporte Mundial de Desarrollo (WDR 2018) del Banco Mundial señala que entre 40% y 50% de los estudiantes escolares a nivel mundial se desempeña por debajo del nivel satisfactorio en comprensión lectora. Noriko Arai dice que el problema es más grave cuando se toma en cuenta el poco nivel de pensamiento crítico en los estudiantes.

En ese sentido, potenciar el desarrollo del lenguaje desde la infancia, enfocar la educación en el desarrollo del pensamiento crítico y creativo es indispensable para superar esta crisis de aprendizaje y ser competitivos en el mundo laboral. Más aún, desarrollar habilidades emocionales, liderazgo y personalidades auténticas será fundamental para el futuro del trabajo y de la sociedad.

En el caso de las matemáticas, el desempeño de Todai fue muy superior al de los postulantes. Sin embargo, como señala la profesora Arai, no tenemos que preocuparnos por la automatización de cálculos matemáticos y análisis de datos; el potencial humano está en la capacidad de comprender y analizar problemas de manera estratégica y creativa.

¿Cómo logramos este desarrollo?

Un primer paso es repensar cómo evaluamos a los estudiantes. Las evaluaciones son un reflejo de las competencias que esperamos que desarrollen. Si bien las evaluaciones estandarizadas son útiles, evaluaciones integrales y personalizadas permiten desarrollar competencias más amplias. En segundo lugar, Noriko Arai, contra toda intuición, sugiere que potenciemos experiencias humanas más allá de la tecnología. Esta se debe usar de manera estratégica y en momentos puntuales de la experiencia educativa, pero el potencial humano se desarrolla a través de experiencias humanas y en sociedad. Las limitaciones de la IA están determinadas, en parte, por aquello que nos hace humanos.

Finalmente, la profesora Arai advierte: “No le tengamos miedo a los robots, tengamos miedo de los humanos robotizados”. En el 2021, Todoi intentará ingresar a la Universidad de Tokio por segunda vez.

Fuentes: Ted, Kyodo News y World Bank

Autor:
Hans Frech La Rosa
Master of Public Administration
London School of Economics
Consultor Senior Stratedu